Han transcurrido más de tres años desde que se venció el contrato colectivo que ampara a los trabajadores de Maderas del Orinoco, antigua Proforca.
Pese a el mandato del presidente fallecido, Hugo Rafael Chávez Frías y los del primer mandatario nacional, Nicolás Maduro, acerca de las convenciones colectivas, todavía en el sector forestal no ven la luz al final del túnel.
No hay pronunciamiento del Ejecutivo para iniciar una discusión seria del acta de convenio, lo que empeora día a día las condiciones de trabajo en las que actualmente están los empleados.
No cancelan los sobretiempos, no pagan los sábados y domingos de manera correcta, no cuentan con servicios médicos ni con medicinas, tienen una sola ambulancia para todos los trabajadores de la nómina, no reciben las dotaciones regularmente, no cancelan los fideicomisos y las prestaciones están desactualizadas desde el año pasado.
Esas fueron algunas denuncias de los trabajadores, específicamente de Cruz Manrique, secretario de trabajo y reclamo de Sintraemfor, quien acusó al gerente de Talento Humano de Maderas del Orinoco, Enrique Tría, de no resolver los problemas que se le han planteado.
Los trabajadores de la maderera quieren el mismo trato que se le ha dado al resto de los trabajadores en las industrias del Estado.
Es por ello que piden un pronunciamiento oficial en la brevedad posible. Jesús Medina, secretario general de Sintraemfor, comenta que en tres oportunidades han hecho exhortos formales ante la Inspectoría del Trabajo Alfredo Maneiro, los cuales no han sido atendidos.
Hace aproximadamente un mes fueron a instituciones de Caracas para introducir el estudio de factibilidad económica, tampoco han tenido respuestas al respecto.
El vocero principal de la organización sindical invita a los trabajadores a unirse a las acciones que próximamente tomarán en caso de no ser escuchados.
“Iremos de campamento en campamento recorriendo para decidir qué es lo que vamos a hacer con todos los trabajadores”, dijo.
Sintraemfor aprovechó la oportunidad de denunciar las malas condiciones en las que se encuentran los campamentos de la antigua Proforca.